Encuadernación rústica: ¿Qué la hace diferente?

La encuadernación rústica es una de las más populares por su bajo precio y simple confección. Con ella se abaratan las ediciones de los libros y se permite que la cultura llegue a todas partes.

Existen tres técnicas para llevar a cabo esta encuadernación: fresada, rústica cosida y PUR (poliuretano reactivo).

Libros de bolsillo, revistas o catálogos son algunos de los ejemplos más comunes en los que se utiliza este tipo de encuadernación. Sin embargo, no debe confundirse con el cartoné o la encuadernación tapa dura, ya que ambas son muy distintas. Acompáñanos y resolvemos todas las dudas.

¿Qué es la encuadernación rústica?

Conocida popularmente como encuadernación de tapa blanda, con esta técnica el libro se forra con una cubierta de papel, plástico o cartón que no tiene por qué ser rígida. Dicha cubierta es cosida o encolada al lomo del ejemplar para evitar que se mueva.

El encuadernado rústico surgió por primera vez en el siglo XIX, ya que, por aquel entonces las publicaciones alcanzaban tiradas masivas. Se necesitaba de un método para encuadernar de manera rápida y barata los ejemplares.

La gente con menor poder adquisitivo se benefició de esta producción masiva y, como consecuencia, aumentó rápidamente la tasa de alfabetización.

Las primeras publicaciones en utilizar esta técnica fueron las revistas pulp, las cuales contenían historietas de ficción. Eran muy baratas y estaban pensadas para que circularan, una vez vendidas, de mano en mano.

Hoy en día es la encuadernación por excelencia de los libros de bolsillo.

Diferencia entre la encuadernación rústica y cartoné

La diferencia entre el cartoné o encuadernación de tapa dura y la rústica son los materiales utilizados.

Mientras que la rústica utiliza materiales como el cartón o el plástico para elaborar una tapa blanda, el cartoné utiliza una tapa de cartón duro y rígido, mucho más que el de la rústica, para proteger el ejemplar en toda su superficie.

Gracias a la encuadernación de tapa dura se consigue un libro más resistente a golpes y al deterioro, pero resulta más caro dados los materiales que se utilizan para la confección de la cubierta. Esta suele tener unos planos internos de papel y la parte interna del lomo se recubre de tela.

Tipos de encuadernación rústica

Encuadernación rústica fresada

Conocida también como encolado a la americana, es una encuadernación muy sencilla y rápida de realizar, en la cual las hojas que componen el ejemplar se usan a modo de taco.

A continuación, se fresa el lomo y se procede a encolar para inmovilizar la cubierta.

Su principal característica es el bajo precio del proceso, en especial, en aquellos casos en los que la vida útil no va a ser muy larga.

Encuadernación rústica cosida

En este caso, las hojas del futuro libro forman una serie de pliegos. Estos se cosen entre sí en bloque para seguir la paginación del ejemplar.

Al final, se aplica una cola caliente para que permanezcan unidos a la cubierta.

Dados estos procesos, esta es la versión más duradera y de calidad de todas las vertientes de la encuadernación rústica. Sin embargo, los materiales utilizados en la confección de la cubierta son más débiles que los de un cartoné.

Encuadernación rústica PUR

La consistencia de esta encuadernación es similar a la cosida, pero la elaboración se aproxima más a la fresada.

El adhesivo utilizado en esta modalidad de encuadernación de tapa blanda es muy resistente y tan solo se precisa un tercio del necesario en la versión fresada para lograr los mismos resultados. La resistencia del pegamento une con más firmeza a las hojas del ejemplar, por lo que la duración es mucho más larga que en otros casos.

Esta versión del encuadernado rústico apareció en los años 80 del pasado siglo, cuando se descubrieron los adhesivos de poliuretano reactivo.

Los ejemplares encuadernados de esta manera adquieren una cubierta resistente y flexible que impide que las hojas se despeguen del interior durante más tiempo. Además, se reducen enormemente los tiempos de producción.

Es el método indicado para publicaciones que deban resistir un uso intensivo, como las revistas y catálogos corporativos, publicaciones periódicas y libros de bolsillo.

Conclusión

A la hora de buscar una encuadernación a bajo precio, para grandes tiradas o para pequeño consumo, la encuadernación rústica es la más utilizada.

En sus tres variantes, cosida, encolada y PUR, destaca por ofrecer una tapa flexible, no muy duradera a la larga y es muy sencilla de realizar.

Estos son los motivos por los que es tan popular y, además, los que han logrado acercar la cultura escrita a tantas personas desde el siglo XIX.

Por último, la encuadernación rústica no debe ser confundida con el cartoné o encuadernación de tapa dura, ya que ambas utilizan materiales distintos, los cuales son de una resistencia superior. Sin embargo, comparten algunas técnicas a la hora de llevar a cabo la confección de un ejemplar.

 

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